El Líbero|Gabriel Zaliasnik, ex presidente de la comunidad judía: “Francisco ha sido un papa amigo de nuestro pueblo”

Ene 16, 2018

El abogado destaca el rol que tuvo Jorge Bergoglio cuando era cardenal de Buenos Aires, en la búsqueda de la verdad tras el atentado de la AMIA y el de la embajada de Israel de 1994. Sostiene que el líder de la Iglesia Católica ha vuelto a poner en su lugar las raíces judías que tiene el mundo judeocristiano como lo conocemos.

El lunes recién pasado, Gabriel Zaliasnik, que lideró la comunidad judía en Chile desde 2006 a  2011, envió una carta a La Tercera para profundizar sobre una nota aparecida el día anterior que daba cuenta de que la pintura favorita del Papa Francisco era “La Crucifixión Blanca” del pintor judío Marc Chagall.

En esta entrevista con “El Líbero”,Zaliasnik entrega más antecedentes de la pintura favorita del Papa: “Marc Chagall es un pintor profundamente judío, sus obras son las que decoran el parlamento de Israel y en otros lugares públicos, entonces que Francisco diga que la ‘Crucifixión Blanca’ es su favorita, tiene mucho significado desde el punto de vista del sufrimiento del pueblo judío durante la persecución de los nazis y de los bolcheviques y eso es muy revelador”.

Gabriel Zaliasnik reconoce que para la comunidad judía el Papa Francisco representa un liderazgo especial, “porque particularmente ha sido muy cercano con nuestro pueblo. Primero fue en Argentina, cuando era el cardenal Bergoglio y luego como sumo pontífice. Además, ha seguido el legado del papa Juan Pablo II, que decía que los judíos éramos los ‘hermanos mayores en la fe’. Francisco ha reconocido y ha vuelto a poner en su lugar las raíces judías que tiene el mundo judeocristiano como lo conocemos. Por lo tanto, su figura tiene un valor especial”.

– ¿Cómo se desarrolló esa cercanía del entonces cardenal Bergoglio con la comunidad judía en Argentina?

– Él es muy cercano al rabino argentino Abraham Skorka, con quien en el año 2010 publicó un libro de diálogos llamado “Sobre el Cielo y la Tierra”. El Papa tuvo un diálogo interreligioso muy profundo, de mucho acercamiento, con la comunidad judía en Argentina. Cuando era arzobispo de Buenos Aires, apoyó mucho la búsqueda de la verdad tras el atentado de la AMIA y el ataque a la embajada de Israel. Y el año pasado recibió en El Vaticano a las hijas del fiscal Nisman, asesinado como consecuencia de la investigación de ese caso. Desde siempre ha sido un papa amigo de nuestro pueblo.

– ¿Ha tendido puentes en el conflicto árabe israelí?

– Así es. En el año 2014 recibió también en El Vaticano al presidente de Israel, Shimon Peres, junto al líder de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas. En esa entrevista, el papa Francisco trató de impulsar, desde el punto de vista de la espiritualidad, el acercamiento entre ambos pueblos. Además ese mismo año estuvo en Israel, rezó en el muro de los lamentos y estuvo en los lugares más sagrados para el judaísmo. Y esto es muy simbólico porque, pese a que la raíz espiritual del cristianismo está en Tierra Santa, no todos los papas han visitado esos territorios a lo largo de la historia. Yo creo que es un papa que está en la línea del diálogo fraterno.

– ¿Usted también se siente interpelado cuando se dice que la religiosidad va por un camino y la sociedad por otro? Se lo pregunto por la última columna de Carlos Peña en El Mercurio, a raíz de la visita Francisco a nuestro país, donde señaló que “la cultura espontánea, el mundo de la vida del Chile contemporáneo, para bien o para mal, va en otra dirección”.

– Yo pienso que no todos tenemos que compartir una visión espiritual tan profunda, pero que alguien tenga una visión más laica de la sociedad no impide que no pueda entender que existen espacios de espiritualidad representados en todas las religiones, donde el ser humano se realiza. Y sobre el papa Francisco en particular, yo creo que nadie debe restarse a la relevancia de este tipo de visitas. Cuando ha venido el Dalai Lama, por ejemplo, su mensaje espiritual por sí mismo es sano. El problema de los mensajes religiosos, es cuando se trata de hegemonizar una visión de la sociedad. Pero cuando intrínsecamente se trata de un mensaje espiritual, sea de una u otra religión, es sano para la sociedad.

– Entonces, de acuerdo a sus palabras, ¿no es irrelevante la venida del papa como se ha debatido en los últimos días?

– Yo creo que no. Aun cuando la religión ocupa lugares distintos a cuando, por ejemplo vino a Chile Juan Pablo II, eso no hace menos fuerte la importancia en los tiempos actuales de mensajes de hermandad, mensajes de unidad, de pacificación. Yo creo que Francisco, mirado a la distancia de alguien judío como yo, ha sido un papa abierto, dispuesto a llevar un mensaje de humanidad. Y eso no puede ser malo.

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